Credit Suisse tiene planes para dividir su banco de inversión en tres y recuperar un "banco malo" que contenga activos de riesgo, mientras el banco suizo intenta superar tres años de incesantes escándalos en los que se ha visto inmerso.
Según las propuestas presentadas al consejo de administración del grupo, Credit Suisse confía en vender divisiones rentables, como su negocio de productos titulizados, en un intento de evitar un aumento de capital perjudicial.
En verano, el presidente Axel Lehmann nombró CEO a Ulrich Körner con el objetivo de llevar a cabo una reestructuración radical del banco, que en los últimos años se ha visto afectado por un escándalo de espionaje corporativo, el cierre de fondos de inversión, pérdidas récord y una serie de demandas judiciales.
El consejo de administración y el equipo ejecutivo tienen previsto dar a conocer lanueva estrategia -que se prevé que incluya miles de recortes de empleo- en los resultados del tercer trimestre del banco, el 27 de octubre.
Según las últimas propuestas, el banco de inversión se dividiría en tres partes: el negocio de asesoramiento del grupo, que podría escindirse más adelante; un banco malo para mantener los activos de alto riesgo que se liquidará; y el resto del negocio.
"Hemos anunciado que actualizaremos nuestra estrategia integral cuando anunciemos nuestros resultados del tercer trimestre. Sería prematuro comentar cualquier resultado antes de entonces", aseguró Credit Suisse en un comunicado.
En una reunión interna celebrada este mes, los consejeros de Credit Suisse Michael Klein y Blythe Masters sugirieron que la empresa podría ofrecer a los banqueros de inversión una participación en el negocio, lo que se interpretó como el anuncio de una escisión de la división.
El consejo de administración ha debatido la reactivación de la división de resolución estratégica (SRU, por sus siglas en inglés) para agrupar los activos de alto riesgo y los negocios no esenciales que no encajan en su nueva estrategia de centrarse en la gestión de la patrimonio.
La SRU, que ya se utilizó durante un anterior reajuste estratégico bajo el mandato del ex consejero delegado Tidjane Thiam, permitiría al banco liquidar posiciones problemáticas y también mantener negocios, como la unidad de productos titulizados, que se han destinado a la venta.
La venta del negocio de productos titulizados, con sede en Nueva York, que agrupa deudas como hipotecas y préstamos para yates, y luego las vende como valores, reduciría el compromiso de capital del banco, pero también le privaría de una de sus líneas de negocio más rentables.
El mes pasado, los analistas de Deutsche Bank afirmaron que los costos de reducir el banco de inversión dejarían un agujero de 4.000 millones de francos suizos (US$ 4.000 millones) en el grupo debido a los costes de reestructuración, el crecimiento de otras líneas de negocio y el fortalecimiento de sus ratios de capital.
"La reducción de otras partes del banco de inversión y la venta de negocios más pequeños en todas las divisiones podrían ayudar con el tiempo, pero esto seguramente llegaría demasiado tarde para evitar un aumento de capital", escribieron los analistas de Deutsche Benjamin Goy y Sharath Kumar Ramanathan.
Al parecer, la jerarquía del banco quiere evitar a toda costa acudir al mercado en busca de financiación, dada la deprimida cotización del grupo, que ha caído por debajo de los 5 francos suizos en las últimas semanas, su nivel más bajo en al menos 30 años. El mes pasado, Credit Suisse se vio afectado por una serie de rebajas de calificación por parte de los analistas de crédito, lo que elevó sus costes de endeudamiento.
Según personas del entorno, el banco también está ultimando planes para recortar miles de puestos de trabajo, lo que podría afectar a más del 10% de su plantilla mundial de 45.000 personas.